La evolución de las artes marciales mixtas (MMA) ha dado lugar a una serie de estilos de combate que hoy dominan en el octágono. En las primeras etapas de la UFC en los 90, los combates eran entre especialistas de disciplinas individuales como el karate, el jiu-jitsu brasileño y la lucha. Sin embargo, a lo largo de los años, la necesidad de adaptar y combinar diferentes técnicas se ha vuelto crucial para el éxito en MMA. Hoy, los luchadores que sobresalen suelen tener una mezcla de habilidades avanzadas en Jiu-Jitsu Brasileño, Wrestling, Muay Thai, y, cada vez más, en boxeo y striking técnico. A continuación, analizamos cómo cada uno de estos estilos domina actualmente en MMA y cómo influyen en el desarrollo de los nuevos talentos.
El Jiu-Jitsu Brasileño ha sido una de las piedras angulares del MMA desde su inicio, destacándose especialmente en la lucha en el suelo y las técnicas de sumisión. Popularizado en los inicios por la familia Gracie, el BJJ ha evolucionado para incluir movimientos que se han adaptado específicamente para el octágono. Esta disciplina permite a los luchadores controlar a sus oponentes en el suelo, imponiendo un juego que obliga a los contrincantes a defenderse constantemente de sumisiones como llaves de brazo, estrangulaciones y triángulos. Esta especialización sigue siendo una de las habilidades más importantes, con luchadores como Charles Oliveira y Mackenzie Dern como ejemplos de la relevancia continua del BJJ en el MMA moderno. Para los nuevos luchadores, una base sólida en BJJ les proporciona una ventaja considerable en las posiciones de grappling y les permite defenderse mejor de otros estilos
El wrestling ha demostrado ser otra disciplina dominante en MMA, especialmente para el control del octágono y el dominio físico sobre los oponentes. La lucha permite a los peleadores dictar dónde se lleva a cabo la pelea, dándoles la capacidad de controlar el ritmo y el terreno de la batalla. Wrestlers de alto nivel como Khabib Nurmagomedov y Daniel Cormier han demostrado cómo el wrestling puede desgastar al oponente y controlar el combate desde el suelo. En la actualidad, una buena base de wrestling es prácticamente un requisito en el entrenamiento de los nuevos luchadores, ya que ayuda tanto a defender derribos como a ejecutar los propios. Además, el wrestling moderno se ha adaptado para integrarse con técnicas de striking y jiu-jitsu, lo que lo convierte en una habilidad fundamental para cualquier peleador competitivo.
El Muay Thai se ha convertido en el estilo principal para el striking en MMA, gracias a su combinación de golpes, patadas, rodillazos y codos. Este arte marcial tailandés permite a los luchadores tener una gama de armas para el combate de pie, siendo un estilo versátil y efectivo en el clinch. Figuras como Valentina Shevchenko y Joanna Jędrzejczyk han demostrado la eficacia del Muay Thai para mantener la distancia, desgastar al oponente y finalizar peleas con golpes precisos y potentes. Para los nuevos luchadores, entrenar en Muay Thai ofrece una ventaja competitiva en el striking y les permite tener una técnica sólida que puede ser eficaz en combinaciones rápidas, tanto a corta como a larga distancia.
Aunque el boxeo no fue inicialmente popular en MMA, la importancia del striking técnico ha crecido en los últimos años. La precisión en el boxeo y la defensa en pie son habilidades que complementan el Muay Thai, especialmente en intercambios rápidos y de distancia corta. Luchadores como Conor McGregor y Dustin Poirier han demostrado que una base de boxeo refinada puede ser devastadora, utilizando movimientos de pies y precisión para controlar el ritmo de la pelea. El boxeo permite a los luchadores mantener el control de pie y es crucial en el desarrollo de cualquier peleador que busque dominar la distancia y la defensa.
Para los aspirantes a luchadores, estos estilos representan los cimientos de un arsenal efectivo en MMA. La mayoría de los gimnasios de MMA ahora ofrecen entrenamientos que combinan estas disciplinas, ayudando a los nuevos peleadores a desarrollar un estilo híbrido que les permita adaptarse a cualquier oponente. Este enfoque multidisciplinario no solo mejora la versatilidad del luchador, sino que también aumenta sus posibilidades de éxito al integrar defensa, striking y grappling en un sistema completo. En una época en la que la especialización en un solo estilo ya no es suficiente, los nuevos luchadores buscan un equilibrio en estos cuatro pilares para mantenerse competitivos en un deporte que continúa evolucionando.